La hipoacusia, o pérdida auditiva, puede disminuir en gran medida la calidad de vida de las personas, por lo que se han desarrollado distintas ayudas auditivas para compensar la pérdida de audición.
Aunque los audífonos suelen ser la solución auditiva más conocida, no siempre será de ayuda según el tipo de pérdida auditiva del paciente. Tampoco se trata de la única solución auditiva; a continuación, te contamos cuáles son algunas alternativas a los audífonos.
El motivo por el que los audífonos son la ayuda auditiva más conocida es por las muchas ventajas que tienen.
Se trata de una solución rápida y fácil de implementar, que incrementa la calidad de vida del usuario.
La principal ventaja del audífono es que permite “recuperar” la audición; en realidad, lo que hacen es captar y corregir el sonido para compensar el déficit auditivo del usuario.
De esta manera, las personas que utilizan audífonos no tendrán problemas para escuchar la televisión, participar en conversaciones, llamar por teléfono, etc., devolviéndoles completamente la autonomía.
Debemos destacar que las prótesis auditivas no requieren de cirugía, al contrario de los implantes cocleares o los implantes osteointegrados.
Esto significa que el audífono es más sencillo de implementar, resultando así más económico, y está exento de riesgos. Además, es posible quitar el audífono en cualquier momento.
Aunque la función principal del audífono es corregir la audición, esto no es lo único que hacen. Además de amplificar el sonido, los modelos actuales vienen con funciones de direccionalidad, reducción del ruido, terapia para el tinnitus, etc.
Incluso es posible encontrar audífonos con opciones de conectividad con las que se puede escuchar música o contestar llamadas directamente en el audífono, cumpliendo la función de auricular inalámbrico.
En los casos en que utilizar el audífono no es una opción, existen alternativas tanto quirúrgicas como externas para mejorar la audición.
La cóclea es un órgano dentro del oído que se encarga de convertir los sonidos en señales eléctricas que envía al cerebro para procesarlo; cuando falla, da lugar a la hipoacusia neurosensorial.
Si bien la cóclea no puede regenerarse, un pequeño dispositivo electrónico, conocido como implante coclear, puede colocarse en la cóclea para estimular al nervio auditivo.
Es la solución ideal para la sordera profunda, y también en algunos casos de hipoacusia bilateral o neurosensorial. Puede ser implantado tanto en niños como en adultos, aunque no es para todos.
El implante osteointegrado también requiere de cirugía, ya que se inserta en el hueso detrás de la oreja.
Aunque la más conocida es la vía aérea, los sonidos también se transmiten por la vía ósea y esta es la característica que aprovecha el implante osteointegrado.
Lo que hace el implante es recoger el sonido y convertirlo en vibraciones sonoras que envía directamente al hueso, sin pasar por el oído externo o medio.
Esta solución auditiva está recomendada en adultos y niños a partir de los 5 años con problemas en el oído externo o medio, sobre todo si se trata de una sordera total.
Si la pérdida auditiva no es grave y el paciente tiene también problemas de visión, las gafas o varillas auditivas pueden solucionar ambos problemas.
Este tipo de solución auditiva es un sistema para mejorar la audición que se coloca en el extremo de las gafas, pudiéndose retirar y volver a colocar en cualquier momento.
Aunque no son la mejor opción para los pacientes con hipoacusia severa o profunda, sí que se trata de una solución muy discreta y cómoda.
Cada alternativa tiene sus propias ventajas y desventajas y puede ser adecuada para diferentes tipos de pérdida auditiva. Es importante consultar con un profesional para determinar la mejor opción para cada caso individual.