Aunque todos conocen el papel que juegan el conducto auditivo y el tímpano en la audición, pocos saben que a través de los huesos de la cabeza también se transmite el sonido. La conducción ósea es una de las dos maneras en las que viaja el sonido.
Además, la conducción ósea ha permitido desarrollar nuevas soluciones auditivas para aquellos casos en los que el audífono no sirve de ayuda.
Se le denomina así a la forma en la que el sonido viaja a través de los huesos del cráneo, eludiendo al tímpano y pasando directamente hacia el oído interno. Tras este proceso, la cóclea se encarga de transformar las vibraciones para que puedan ser percibidas por el cerebro.
Debido a que el cráneo conduce frecuencias bajas mejor que al aire, las personas perciben sus propias voces en un tono más bajo y claro en comparación con los demás. La conducción ósea también es utilizada por músicos para obtener una mayor precisión al afinar sus instrumentos.
Con la hipoacusia conductiva o de transmisión, los problemas en el oído externo y medio no permiten que el sonido llegue hasta el oído interno y el cerebro no recibe información.
Sin embargo, los sistemas de conducción ósea envían el sonido a través de vibraciones en los huesos del cráneo. En este sentido, los sistemas de conducción ósea permiten tratar la pérdida auditiva al evitar pasar por las zonas afectadas por en el oído externo y medio.
Es una tecnología que ha evolucionado con el paso del tiempo, pero esencialmente consta de tres partes:
Lo que hace el implante de conducción ósea es aprovechar la capacidad natural del hueso para transmitir el sonido. En lugar de enviar las ondas sonoras a través del conducto auditivo, el implante realiza el siguiente trabajo:
La principal ventaja de los implantes de conducción ósea es que permiten recuperar audición cuando hay problemas con el oído externo o medio. Sin embargo, cuentan con muchos más beneficios:
Aunque los sistemas de conducción ósea suelen darse a través de un implante, existen dispositivos que no requieren de intervención quirúrgica, utilizados principalmente en niños. En este caso, el procesador de audio se mantiene sobre la piel con un adaptador adhesivo discreto.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que los dispositivos de conducción ósea no ofrecen el mismo nivel de audición que los implantes. Esto se debe a que se suele perder entre 10 y 20 dB al atravesar el pelo y la piel.
A pesar de sus desventajas, los dispositivos sin cirugía son una buena manera de comprobar cómo serán percibidos los sonidos después de la implantación.
Los sistemas de conducción ósea se utilizan principalmente para la pérdida auditiva conductiva o mixta, ya que el sonido no puede llegar al oído interno. También puede indicarse en el caso de una pérdida neurosensorial unilateral.
Existen aparatos de conducción ósea que no requieren de intervención quirúrgica, pero estos ofrecen un nivel de audición menor al implante osteointegrado.
El implante es imperceptible a la vista cuando la conexión se hace a través de un imán, pero sí se puede sentir una pequeña protuberancia bajo la piel; si la conexión se hace a través de un pilar de penetración, el implante es poco visible. En cualquier caso, el procesador de audio es visible