Dependiendo del tipo de sordera y su causa, podemos encontrar soluciones más o menos efectivas para cada paciente. En el caso de la hipoacusia prelocutiva, es necesario atenderla cuánto antes.
En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre la hipoacusia prelocutiva: qué es, cómo se presenta y cuáles son las opciones de tratamiento.
Aunque la sordera se relaciona frecuentemente con la edad, existen pacientes que desarrollan una pérdida auditiva durante sus primeros años de vida, lo que se conoce como hipoacusia prelocutiva.
La palabra “prelocutiva” hace referencia a que este tipo de sordera aparece antes de que aprendan a hablar; es decir, se produce antes de los 3 años de edad. Los pacientes que la padecen no han podido familiarizarse con los sonidos y no han aprendido a comunicarse.
Este tipo de hipoacusias se diagnostican como una sordera severa o profunda, siendo muy pocos los casos donde la pérdida auditiva es leve. Al igual que otros tipos de sordera, esta puede presentarse de forma unilateral o bilateral.
A diferencia de la hipoacusia postlocutiva, la pérdida auditiva en niños debe detectarse y tratarse lo antes posible, ya que puede producir graves dificultades en el desarrollo del lenguaje.
El principal problema de la hipoacusia prelocutiva es que los niños no han desarrollado su lenguaje y tendrán menos posibilidades de hacerlo tras su aparición. A nivel social, se les dificultará expresarse y socializar.
Lo ideal es que los niños adquieran el lenguaje de forma natural, por lo que es necesario atender la sordera cuánto antes. Después de los 7 años, un niño que todavía no haya adquirido el lenguaje requerirá de apoyo visual para desarrollarlo.
La detección temprana de la sordera es esencial para mejorar las probabilidades de un tratamiento efectivo y facilitarle la adquisición del lenguaje. Empezar el tratamiento antes de los 6 meses del niño impedirá alteraciones en su desarrollo neuropsicológico.
Si la hipoacusia se ha producido durante el embarazo, es posible detectarla a través del cribado neonatal auditivo, el cual se aplica a todos los recién nacidos antes de dejar el hospital. En el caso de los bebés prematuros, el examen se realizará en el primer mes de edad corregida.
Sin embargo, el entorno familiar es el mejor lugar para detectar los problemas auditivos en el niño. Evaluar los reflejos del bebé (movimiento, llanto, sorpresa) puede ser una herramienta para la detección de la sordera.
Ante cualquier sospecha debemos acudir de forma urgente a un especialista auditivo quien podrá evaluar la situación y diagnosticar la hipoacusia prelocutiva.
Revisa tu pérdida auditiva en un centro especializado
Muchos consideran que todos los niños con sordera prelocutiva padecen hipoacusia desde el nacimiento.
Si bien las causas genéticas y congénitas son las más comunes, ciertos eventos en el parto o durante el primer mes de vida pueden estar detrás de la hipoacusia.
En este sentido, estas son algunas de las principales causas de la hipoacusia prelocutiva:
Ya se trate de audífonos o de implantes cocleares, una vez se diagnostique es esencial buscar una ayuda técnica adaptada. Para elegir la solución adecuada se debe valorar el tipo de sordera, el grado de la pérdida y la edad del niño.
Sin embargo, los niños con hipoacusia prelocutiva también requerirán de la intervención de un logopeda para ayudarles con la adquisición del lenguaje. El especialista estimulará la capacidad auditiva del niño, además de facilitarle el desarrollo de sus habilidades comunicativas y adaptación al ambiente.
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