Aunque muchos de los casos de hipoacusia son desarrolladas con el tiempo, también existen casos en los que se encuentra presente desde el nacimiento.
A pesar de ser el tipo de pérdida auditiva que atención más urgente requiere, la hipoacusia neonatal también puede ser la más difícil de detectar por los padres. Un screening auditivo es una prueba de audición que se realiza justo después del nacimiento para diagnosticar la pérdida auditiva.
Existen dos tipos de screening auditivo para detectar la hipoacusia neonatal, ambos indoloros y que pueden ser realizados en el recién nacido incluso mientras duerme.
En la actualidad, el screening auditivo se realiza en el recién nacido antes de ser dado de alta en el hospital. Si no se ha realizado en el momento del nacimiento, lo más recomendable es que se haga antes del primer mes de vida.
Sin embargo, existen algunas situaciones que pueden llevar a sospechar de una hipoacusia neonatal y en cuyo caso, si no se ha realizado en el hospital, se recomienda el screening auditivo.
Como su nombre lo indica, la hipoacusia neonatal es la pérdida auditiva que se produce en el recién nacido. El problema con la sordera congénita, como también se conoce, es que no se trata de una discapacidad auditiva, sino que también afecta la adquisición del lenguaje oral.
Según un estudio del Laboratorio de Citogenética de la Universidad de Chile, entre un 0.1% y 0.3% de los recién nacidos tienen sordera congénita.
En los recién nacidos afectados por la sordera congénita, se perciben como bebés extremadamente tranquilos, que no se giran hacia la fuente de sonido ni se calman al escuchar la voz de la madre. Además, es posible que no emitan sonidos articulados.
Tras el primer año de vida, será motivo de sospecha que el bebé no haya empezado a hablar, no intente responder a preguntas ni comprenda órdenes.
En los niños que no han aprendido a hablar, la pérdida auditiva puede representar un problema mayor, ya que les costará más adquirir el lenguaje por imitación. Además, también tendrán dificultades en el desarrollo emocional, escolar y social del niño.
La hipoacusia infantil no suele ser detectada hasta los 3 años de edad, cuando ya han pasado años vitales para la adquisición del lenguaje y el desarrollo del niño.
Sin embargo, se observan mejores resultados en las personas sordas prelocutivas que comienzan su tratamiento antes de los 6 meses. Para que esto sea posible, es necesaria una detección precoz de la hipoacusia antes de los 3 meses.